Hace algunos días leí una noticia sobre una conversación que sostuvieron el presidente de Francia Nicolás Sarkozy y el presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abbás en la que el dirigente francés instaba al líder palestino a que continuara con acciones que conduzcan a resolver el conflicto palestino israelí. Dos días después encontré otra noticia en la que el mismo Sarkozy se reunía esta vez con el Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu y en la que ambos mandatarios coincidían en la necesidad de apurar el proceso de paz en Medio Oriente.
Parece ser que Nicolás Sarkozy desea formar parte del estancado proceso que traería la deseada paz entre Israel y Palestina y por ende, la paz en Medio Oriente. Tal hecho me parece formidable ya que, un líder de una potencia tan importante como Francia tiene mucho peso como intermediario pero, desafortunadamente, también hay que recordar que al presidente francés goza de un protagonismo bastante criticable. Sólo espero que su oficiosidad para tratar de activar el proceso de paz y terminar con el conflicto palestino israelí no sea otro de esos casos en los que el mandatario sólo desea atraer a los reflectores.
Parece ser que Nicolás Sarkozy desea formar parte del estancado proceso que traería la deseada paz entre Israel y Palestina y por ende, la paz en Medio Oriente. Tal hecho me parece formidable ya que, un líder de una potencia tan importante como Francia tiene mucho peso como intermediario pero, desafortunadamente, también hay que recordar que al presidente francés goza de un protagonismo bastante criticable. Sólo espero que su oficiosidad para tratar de activar el proceso de paz y terminar con el conflicto palestino israelí no sea otro de esos casos en los que el mandatario sólo desea atraer a los reflectores.
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